jueves, 26 de enero de 2017

La leyenda enana del rey Emer



"Thoriq, ya agotado, levantó la cabeza y miró el techo abovedado de la sala. En ella se podía observar la escena del Rey Émeris (primer rey enano, de la era de las leyendas) incrustando su hacha en el cráneo de una salamandra que escupía fuego. Esta criatura era similar a un dragón, pero de menor tamaño y sin alas. En la punta de su cola, una llama emanaba de forma constante. Émeris, con una preciosa armadura que resplandecía de manera sobrenatural, incluso cuando el hollín debería de haberla dejado completamente opaca, realzaba la figura de aquel enano.
Según contaba la leyenda, los enanos habían adorado al dios roca Acui durante milenios, pero un día, el dios del fuego Poutourou, celoso de la fidelidad y devoción de los enanos, intentó destruirlo. Cuenta la historia que corrió durante siete días y siete noches para tomar velocidad. Dio una vuelta al mundo por cada día y con toda su fuerza se arrojó hacia el centro de Acui. Pero el resultado no fue el que había esperado, logró que cayera convirtiéndose en las montañas Enderel, pero Poutourou quedó atrapado en su interior, quedando en cautiverio. Desde allí, comenzó a atormentar a los enanos. Fue entonces que Émeris, uno de los adoradores de Acui, se decidió a acabar con él. No fue el primero en intentarlo, pero los demás habían caído en el intento. Émeris había creado su propia armadura, utilizando el propio fuego de Poutourou para templar el metal. Cuando estuvo preparado partió solo a enfrentarse. La batalla, de acuerdo a la leyenda, duró tres días, en los cuales ambos combatieron sin descanso. Finalmente, Émeris logró terminar con Poutourou, y su sangre y fuego se convirtieron en el magma que corría a través de los ríos interiores de la tierra. Cuando volvió con la cabeza de la criatura, sus hermanos lo proclamaron rey, y su dinastía había gobernado (o así lo habían querido hacer creer los distintos reyes) hasta la muerte de Hindergand."

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